Wednesday, April 01, 2009

Obama y el cambio de época


La política cambia continuamente, aun cuando los dinosaurios no se den cuenta, hasta que las circunstancias, sean estas locales o globales, imponen una nueva realidad y es tarde para que los de la vieja política puedan reaccionar. El 1 de enero de 1959 los barbudos liderados por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara entraron en la Habana, terminando con el último resabio de la dictadura de Fulgencio Batista. El 3 de mayo de 1968 se produjo la primera movilización estudiantil de magnitud, iniciada en el patio de la Sorbona, liderada por Daniel Cohn-Bendit. El 16 de Octubre de 1978 Karol Józef Wojtyła era elegido el Papa número 264 y primer Pontífice no italiano desde 1522. El 11 de marzo de 1985 fue nombrado Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov. El 20 de enero de 2009 asume como el Presidente número 44 de Estados Unidos de Norteamérica Barack Hussein Obama II, el primer Presidente negro de la historia de la súper potencia.

¿Qué de común tienen estos hechos y personajes? Que, en todos estos casos la historia hizo una inflexión y a partir de estos hechos se produce un cleavage o un cambio de época.

La influencia de la Revolución Cubana para las relaciones internacionales a partir de la década de 1960 hasta principios de los años 1990 fue central en el desarrollo de la Guerra Fría, a partir de ese momento los países del tercer mundo, especialmente los latinoamericanos estarán en el centro de la disputa política y militar de las dos potencias más importantes de aquella época; EEUU y URSS.

“Prohibido prohibir, la libertad comienza por una prohibición”, se podía leer en los muros de la Sorbona. Los jóvenes de Paris de Mayo de 1968, si bien no hicieron caer al ancien régime, lograron que un acontecimiento social y político juvenil, cambiara el paradigma de sociedad que se vivía en los países industrializados de occidente, en palabras de Marcuse se renunciaba al pasado acomodado establecido, cotidiano de abundancia, de “irracionalidad organizada”, construyendo en su lugar una “racionalidad solidaria”.

Juan Pablo II con 58 años, fue el Papa más joven del siglo XX y el hecho de su origen polaco y su dramática experiencia con el comunismo, fueron claves para que desde la Iglesia Católica se comenzara una cruzada por la liberación de los países del Este, sin este hecho la tercera ola de democratización no se hubiera consumado de la forma y velocidad en que se desarrolló.

Vinculado a lo anterior, el que un reformista como Mijaíl Sergeyevich Gorbachov liderara la Unión Soviética durante la década de 1980, fue fundamental para la caída de los socialismos reales, el fin de la Guerra Fría y la tercera ola de democratización. Gorbachov impulsó tres reformas que fueron llamadas “uskoréniye” (aceleración), “glasnost” (liberalización, apertura) y “perestroika” (reconstrucción), las que determinaron los hechos señalados y un nuevo orden mundial.

Estos cuatro acontecimientos vinculados a personajes y líderes de su época, cambiaron el mundo que hasta ese minuto se conocía y dieron origen a un nuevo tiempo político. Respecto de Barack Obama, creemos que ocurrirá algo similar. Con el recién asumido Presidente de Estados Unidos, comienza una nueva época, la que ya se diseñaba de hace algún tiempo. En ésta, ha surgido un nuevo ciudadano, sin predominancia de género, conectado y por tanto súper informado, esta nueva época rechaza en forma unánime la violencia y la guerra, con lo que se termina el período de la historia donde sin pretexto se invadía en nombre de la libertad, a lo Busch. En este tiempo la gente no se conforma con la democracia representativa o poliarquía de Dahl, más bien espera una democracia de alta intensidad, como propone O´Donnell, por tanto se cansó de la política tradicional y de los políticos tradicionales, la gente más que discurso prefiere testimonios y coherencia. La democracia ya está asumida, no hay que ganarla, ni tampoco hay una férrea disputa entre la izquierda y derecha (aun cuando aun subsisten las diferencias en la díada), por tanto las personas esperan más de la política y se han sacado viejos traumas, antiguas predeterminaciones y sectarismos.

La libertad, el mercado y la democracia, están asumidas, la injusticia es inaceptable, este nuevo ciudadano votó por Obama, en Estados Unidos, en Alemania y también en Chile, la gente se alegró cuando un joven, de raza negra y académico atípico, logró derrotar el Establishments de los Clinton y los Busch, sin nada más que su testimonio y convicción. Todos celebramos como si algo nos tocara de este cambio que representa Obama y es que este “yes we can” es el momento de una nueva época, que viene con una política franca, de verdad, sin muletillas y recovecos, donde las personas ya no son una masa, son una comunidad de personalidades, con diferencias, con necesidades y sueños, en el contexto de un mundo cada vez mas globalizado, consiente, interconectado, mediático y transparente.

Este tiempo nuevo nos deja el desafío de insertarnos en ella o verla pasar de reojo y sucumbir como los dinosaurios. Esta nueva época, la que marca Obama, es la promesa de una esperanza.



Patricio Walker Prieto
Abogado
Diputado de la República de Chile
Ex Presidente de la Cámara de Diputados de Chile

Andrés Jouannet Valderrama
Dr. en Ciencia Política de la Universidad de Heidelberg
Profesor Universidad Católica de Temuco

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